martes, 1 de febrero de 2011

A propósito de un programa de televisión





Mirando los "40 años de TVN" me llegó toda una tormenta de recuerdos
Yo también me acuerdo de Heidi, y cómo la Carla era adicta a esa mona. Me acuerdo también de un concurso de "parecidas a Heidi" y la Carla presentándose junto a mil cabras más, todas un poco más´parecidas que ella que en realidad no se parecía en nada, pero es que en nada. Lo más parecido era un canario que llevaba como plus y que igual significó al final pura incomodidad (imagínate, un canario en la multitud de dobles de Heidi, que no se fuera a escapar el canario, pucha el canario tiene sed y se dió vuelta el agua, etc). Y mi mami detrás de esa aventura, llevando a la niñita al canal nacional, y por supuesto yo, la mayor, acompañandola en todo. Y mi pobre hermana, chiquitita, con un vestido hiper abrigado y con cachetes coloraditos y con ganas de irse. Pero ahí aguantamos estoicamente que el hombrecillo encargado de seleccionar las concursantes nos mirara con cara de pregunta "lindo el canarito" y nos indicara la salida sin mayor trámite. Un poco de silencio en la vuelta y luego ese sentimiento inexplicable que va transformando la humillación y la verguenza y la lata y la decepción, en primero una sonrisa y después en una risa incontrolable que se exacerbaba con todos los detalles, la pintura corrida en la cara de la Carlita, el pajarito que sólo fue a hueviar, la montonera de Heidis, en qué estábamos, pero cómo se te ocurrió, si ni se parece y jajaja.
Me acuerdo también de cómo fantaseabamos con esos panes con queso derretido que le hacía su abuelo a Heidi---¡parecían tan ricos!  Y como Frankfurt se trasformó en sinónimo de terror "si no lo haces te irás a F..." se escuchaba en los juegos de la Pame con la Carlita. Y mientras afuera se vivía la peor de las pesadillas y apenas nos rozaba, sólo recuerdo el silencio y el miedo y las conversaciones que quedaban truncas cuando aparecíamos nosotras. Y recuerdo el miedo incomprensible, nuevo, diferente y extraño que hizo latir mi corazón cuando no sé bien en qué contexto, yo hablo algo que seguramente escuché en contra de Pinochet y mis dos amigas de entonces me enfrentan, con 10 años de edad, "o sea que tus papás están mal con este gobierno?" ....Y yo sintiendo la pregunta como una acusación y pensando en qué decir y con ese miedo desconocido, mirando alrededor por si alguien más estaba escuchando.
Y hasta allí llega mi recuerdo, no sé qué pasó inmediatamente después, pero a corto plazo me alejé de mis amigas y desconfié luego de mucha gente más y por supuesto, me cuidé de no contarle a mis padres y de evitar el tema, y fue así como me enteré sin entender, que había una verdad oscura y muy mala alreredor nuestro, fui haciendo el puzzle con los silencios, los cuchicheos, los ojos de mi papá cuando pasábamos cerca de un milico, las revistas quemadas, las pocas cosas bien etéreas y ambiguas que me contaba mi mamá, pero lo que más me ayudó fue la actitud de estas dos cabritas hijas de pacos, que tenían la arrogancia de los vencedores a pesar de vivir las mismas calamidades de la mayoría. Y de ahi todo tuvo un sabor distinto. Y hasta ahora, la música de Heidi, Marco, el jappening, me dan una mezcla de angustia y asco que no puedo evitar.
La memoria es inquietante. Permanece dormida hasta que llega algo que la despierta y uno se encuentra con historias enterradas y olvidadas, con sentimientos y emociones extraños y con uno mismo al fin... la memoria ayuda a reconocerse en el tiempo y a entender por qué somos como somos y a reconocernos en ese proceso, chica e ingenua como yo era, no era tan distinta a lo que soy ahora después de todo. ¿Habrá gente que se mira para atrás y no logra reconocer nada?

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